El alto precio de los Subsidios Regresivos.

En los últimos cinco años entre los estudiosos de la economía venezolana hay consenso respecto a los cambios que se deben implementar en la política económica para que pueda comenzar a salir de la terrible crisis. Las medidas a tomar, entre otras, serían:

-. La liberación del control cambiario (aplicándose con fuerza desde 2019);

-. La liberación del control de precios (aplicándose con fuerza desde 2019);

-. La restructuración del sector público (hay empresas que por lógica no son sostenibles de la forma como se están manejando)

-. El aumento de la gasolina (Anunciado en 2018 y no se aplicó).

 

El subsidio del combustible pesa y mucho en la economía nacional, representando alrededor del 7% del PIB. Las proyecciones y cálculos estiman que el costo total  del país en combustible está alrededor de 1.276 millardos de dólares al año$ 1.026 para carros particulares y unos $ 250 millones para el transporte público.

Es bueno recordar que la escasez de combustible se agudiza luego de las sanciones estadounidenses en 2018, a raíz del reconocimiento de Juan Guaidó como presidente por el gobierno de Trump. Las sanciones prevén la prohibición de compra o venta de cualquier producto a PDVSA (con excepciones a unas compañías específicas). Venezuela terminó siendo dependiente de las importaciones que realizaba desde los Estados Unidos de combustible y componentes (aditivos) para mezclar el petróleo extrapesado, logró sortear las sanciones realizando la compra a diversos países de África y Asia, pero con la pandemia se complicó el panorama y desde marzo del año 2020 escaseó de forma terrible en todo el país (ya desde hacía algún tiempo escaseaba en algunos estados). 

Debido a ello, se negoció con Irán la importación de gasolina y luego del entramado geopolítico ésta llegó al país, pero tuvo un coste importante, se habla de más de $ 45 millones que el mismo presidente Nicolás Maduro reconoció y por ello la necesidad del aumento de precio.

El 30 de mayo el presidente Maduro anunció los nuevos precios de la gasolina, un plan de tres partes por 30 días:

A) Carros particulares, 120 litros y motos 60 litros por mes a Bs. 5000 (Alrededor de $ 0,025) por litro;

B)   “No regulada” a $ 0,5 por litro en 200 estaciones;

C)  Y para el transporte público y vehículos de carga: gratis 100%.

 

El aumento del combustible no es el problema, nadie lo discute. De hecho, la mayoría de la población entiende y respalda cualquier aumento desde hace unos años, lo ve justo. Sin contar que se estuvo pagando a las mafias en el momento de grave escasez hasta $ 2 o más por litro. De entrada, el aumento está bien. Aunque hay que dejar bien claro que el país con el precio de subsidio sigue teniendo la gasolina más barata del mundo, el tanque promedio se llena por menos de un dólar.

No obstante, dicho programa de subsidios deja muchas aristas que ameritan ser analizadas.

Veamos dónde está el subsidio:

Los 5 buques iraníes transportaban 1,5 millones de barriles de gasolina, ello da un aproximado de 238.480.500 de litros, su costo fue $45 millones, es decir que cada litro costó $0,19 y el precio subsidiado es de alrededor: $ 0,025. De allí que hay que comprender que la gasolina no es gratis en Venezuela, nunca lo ha sido, el Estado asume ese costo y al final todos los venezolanos terminan pagándola, y así se convierte en un subsidio regresivo.


Lo primero que debemos entender es que hay diversas clases de subsidios: los subsidios Regresivos y los Progresivos o focalizados.

Los regresivos, suelen implementarse mediante la fijación de precios preferenciales de algunas mercancías, implica importantes costos para el Estado y para el resto de la sociedad. Ya que no terminan realmente beneficiando a los sectores económicamente más vulnerables, sino que, por el contrario, al final del día, constituyen una forma de enriquecimiento para sectores de la sociedad con mayores posibilidades de aprovechamiento. Es decir, en muchas ocasiones sacan provecho los grupos poderosos.

En este sentido, el subsidio de la gasolina es un subsidio regresivo que beneficia desproporcionadamente a los de mayores ingresos que usan más gasolina. De aquí la pregunta sencilla: ¿quiénes son los que tienen los autos en el país? En un porcentaje alto: las personas de más recursos.

De igual forma, se calcula que el costo del subsidio anual de la gasolina es un poco más que el gasto anual en importaciones de alimentos, por ello, sería mejor utilizar esa cantidad de dinero para la adquisición de alimentos.


El subsidio focalizado, es aquel que puede elevar el nivel de ingreso de un sector social, este identifica a los sectores de la población que más lo requieren, focaliza su aplicación y a su vez busca implementar mecanismos de asignación directa y personalizada que eviten la especulación y el desvió de los recursos. Sus características son: el tiempo, la magnitud de la inversión social y la libertad de oportunidades. Las tres características enfocadas a evitar la dependencia.


¿Qué puede ocasionar el nuevo esquema de subsidio Regresivo?

En un panorama de relativo abastecimiento de combustible (algo que es muy importante aunque al parecer se esperan más envíos desde Irán), en primer lugar, el esquema podría generar Corrupción. Con un diferencial aproximado de 20 veces entre el precio regulado y no regulado. Es probable que el mercado no regulado se surta del regulado, como en el pasado sucedió con CADIVI. Las estaciones de servicio en dólares se surtirán de las reguladas en bolívares

De igual modo, también hay un riesgo de que aumente la inflación. El amigo que hace el delivery de una empresa o un médico que por diversas razones no pueda adquirir la gasolina regulada, es muy seguro que tenga que subir el precio de sus servicios (impacto en la estructura de costos de esos servicios) por el nuevo costo de la gasolina. 

Por tal razón, el precio unitario y el subsidio focalizado (directo) era más conveniente. ¿Qué cómo se haría? Pues utilizando la plataforma Patria en forma de un bono directo a las familias, tal y como llegó hacerlo Irán cuando eliminó gradualmente el subsidio del combustible. De la misma forma, se pudo incluir un subsidio especial para el transporte público y a los vehículos de carga en industrias productoras o importadoras de bienes esenciales. Pero se optó por el subsidio regresivo.

Se debe dejar claro que no podemos satanizar ninguna clase de subsidios siempre y cuando sean lo bastante planificados y brinden un apoyo a la clase más vulnerable, el subsidio no debe ser un regalo sino una forma para que en un momento dado una persona o un grupo familiar puedan “salir adelante”, debe servir de trampolín en un momento coyuntural. Hay que recordar que la clave es construir una sociedad donde el Estado dependa de los ciudadanos y no de ciudadanos que dependan del Estado.

Hasta ahora lo rescatable es que el plan estipula 30 días de ensayo. Amanecerá y veremos.

*Ramón Alonso Dugarte. Licenciado en Historia y Politólogo.

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