China: 40 años de la política de hijo único (1979-2019).

Por: Ramón Alonso Dugarte*



En medio de la Guerra Comercial una de las medidas pensadas por algunas multinacionales con el objetivo de esquivar los aranceles ha sido la posibilidad de trasladar las fábricas de China a otros países. No obstante, llama la atención que el motivo de la mudanza no sea exclusivamente por la disputa comercial, desde hace algunos años el aumento de los costos de producción en China ha motivado a que las empresas se muden a otros lugares buscando mano de obra más barata. Los costos de producción aumentan debido a que en los últimos años se ha evidenciado la disminución de la población en edad laboral, esto ha llevado a los fabricantes a colocar salarios más atractivos para atraer a los trabajadores, los cuales a su vez aumentan sus exigencias laborales cada vez más. Expertos alertan sobre las posibilidades de la disminución de la población en edad económicamente activa y por ende una fuerza laboral reducida, lo que pudiera poner en peligro el crecimiento económico.


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Actualmente se están evidenciando los aspectos negativos de la “planeación familiar” y su política de hijo único implementada en 1979 con el fin de reducir el crecimiento poblacional y respaldar las reformas económicas implementadas en esos años. Dicha política dejó algunas distorsiones demográficas entre las que destacan: la tendencia al envejecimiento de la población y el nacimiento de más niños que niñas producto de los abortos selectivos (a pesar de su prohibición), esto último ocasiona que hayan menos mujeres para contraer matrimonios y tener hijos.
En 1984 el gobierno introdujo excepciones y permitió a las familias rurales, cuyo primogénito hubiese sido una niña, tener un segundo hijo. Para el 2013 cuando se empezaron a notar las distorsiones el gobierno permitió a los padres que tenían un hijo tener otro. En enero del 2016 la medida de dos hijos se adoptó para toda la población. Sin embargo, la tasa de natalidad no se ha incrementado de la forma deseada en los años siguientes, tanto en 2017 y 2018 dicha tasa no pasó de 1.5 hijos.
 Por tal razón, en los últimos dos años se han estudiado aplicar medidas para solventar la situación, que ya algunos tildan de crisis demográfica, causada por el pronunciado declive de la tasa de natalidad. Esas medidas podrían ser: abolir definitivamente los límites de nacimiento, apoyos e incentivos a la procreación, retirar las sanciones financieras para los bebés nacidos fuera del matrimonio, reducir la edad legal para casarse y estudiar medidas en pro de evitar la discriminación en los lugares de trabajo a las mujeres que ya son madres.
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En junio de este año la ONU presentó el informe Perspectivas de la Población Mundial 2019: Aspectos destacados, el cual proyecta que la población de China registre un descenso de 31,4 millones, cerca de 2,2 por ciento, entre el 2019 y el 2050. Además, señala el informe, la posibilidad que la India supere a China como el país con la mayor población del mundo alrededor del año 2027. Las estimaciones recientes ubican a China como el país más poblado del mundo con unos 1.420 millones, seguida de India con 1.350 millones, ambos representan el 19% y 18% de la población mundial, respectivamente.
Cabe recordar que el tamaño de una población es una combinación de la tasa de fecundidad, la tasa de mortalidad y la migración. Por tal razón, si no logran incentivar a las mujeres a tener más hijos, no es descartable el papel que pudiera jugar la inmigración, como ya está sucediendo en Japón donde el gobierno de Shinzo Abe la ha venido promoviendo para atraer trabajadores.



*Investigador del Centro de Estudios de África y Asia.
Universidad de Los Andes.
CEAA-ULA.

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