Por: Ramón Alonso Dugarte
El
próximo domingo 21 de julio Japón se prepara para celebrar las elecciones de la
Cámara Alta (sangiin) del Parlamento,
en donde según diversos sondeos el Partido Liberal Democrático (PLD), cuyo
líder es el Primer Ministro Shinzo Abe, parte como favorito para obtener la
mayoría. Dichas elecciones definirán una serie de aspectos que marcaran el
rumbo de los próximos años de dicho país.
Son
las primeras elecciones luego de la reforma electoral de mayo del año pasado
(2018) cuando se aprobó la Ley para la Promoción de la Igualdad de Género en
Política o Ley de Paridad Japonesa, con la finalidad que los partidos
presenten el mismo número de candidatos y candidatas. En un informe publicado
en el primer trimestre del año 2018 la Unión Interparlamentaria, organismo que
representa al ámbito legislativo de los países del mundo, ubicó a Japón en el
puesto 165 de 193 en relación al avance de las mujeres en los parlamentos. En
2012 cuando Abe llegó al poder el país ocupaba el puesto 122 de 193 países, evidenciando
el retroceso. No obstante, podríamos decir que dicha ley tiene un vacío ya que
no es vinculante, lo cual se evidencia en que sólo el 28% de los candidatos de
las elecciones del domingo son mujeres, números que igualmente son inéditos. El
PLD, principal partido, presenta sólo el 15% de mujeres entre sus candidatos,
contrario al Partido Democrático Constitucional de Japón (CDPJ) que de sus
aspirantes 45% son mujeres, el Partido Comunista presenta casi un 50 % de
mujeres y el Partido Democrático del Pueblo un 30 %. Actualmente la Cámara
Alta tiene un 20,7 % de mujeres y la Cámara Baja un 10,1 %.
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Otro
punto de gran importancia en plena campaña electoral ha sido el llamado del jefe
del ejecutivo Shinzo Abe, en su deseo de ganar las elecciones para realizar la reforma a
la Constitución, específicamente al artículo 9, que
prohíbe a Japón entrar en guerra con otros Estados, asimismo prohíbe que el Ejército
nipón tenga un gran potencial. Para mantener la mayoría el PLD deberá ganar los
dos tercios de la Cámara Alta, unos 53 escaños, estos se sumarían a los 70 que
actualmente posee y que no se votarán en estas elecciones. Recordemos que las
elecciones a la Cámara Alta (o sangiin) se
celebran cada tres años y, tras una reforma del año pasado, en esta ocasión se
elegirán 124 de los 245 escaños. Para poder convocar a un
referendo nacional sobre enmiendas constitucionales se necesitan dos tercios de
votos a favor en cada una de las dos Cámaras. La coalición gobernante
actualmente posee el número de votos requerido en la Cámara Baja.
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De
igual manera, en plena campaña han destacado temas sobre el sistema público de
pensiones tras un informe presentado este año en el Parlamento, haciendo
referencia a que los ancianos podrían necesitar enormes ahorros para complementar
sus pensiones, el cual fue rechazado por el gobierno. Japón está enfrentando el
envejecimiento de su población y por ende la disminución de la fuerza laboral.
Otro tema que podría tener relevancia de cara a los comicios es la decisión
gubernamental de aumentar a partir de octubre el impuesto al consumo del 8% al
10%. A ese
panorama se suma un aumento de las fricciones con Corea del Sur tras la
imposición de barreras a las exportaciones de materiales de alta tecnología por
parte de Tokio que pudiera tener sus implicaciones el próximo domingo.
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