De la coalición dominante a la democracia representativa: Wolfgang Larrazábal y el derrumbe del bloque histórico (1958).
De la coalición dominante a la democracia representativa: Wolfgang
Larrazábal y el derrumbe del bloque histórico (1958)[1].
La historia política venezolana es
extremadamente rica debido a los procesos sociopolíticos que hemos vivido desde
el momento de la colonización hasta nuestros días. No obstante, la segunda
mitad del siglo XX marcó un antes y un después en la conformación y
consolidación de un pensamiento riguroso sobre el devenir de la historia
contemporánea venezolana, para explicar la complejidad de nuestra realidad
social. “Venezuela en esta segunda mitad del siglo XX, está acelerando el
proceso de construcción de un sólido cuerpo de pensamiento histórico riguroso y
propio” (Stambouli, 1979, p. 17)
Desde esta concepción de pensamiento,
surge la motivación por llevar a cabo una pequeña apreciación sobre los
factores que impulsaron y consolidaron la caída de la dictadura de Marcos Pérez
Jiménez. Tomando en consideración, como el sistema político y el bloque
histórico garantizaban la permanencia de la colación dominante dentro de una
estructura altamente represiva, autocrática y corrupta que coadyuvaba en el
proceso de reparto de los actores civiles y políticos (militares) que hacían
vida en la esfera política nacional. Partiendo de un autoritarismo burocrático;
donde la hegemonía de los grupos de poder se superponía mediante la coerción o
el consenso hacia aquellos actores y sectores disidentes. En la que prevalece
un capitalismo de Estado que resguarda mediante una supuesta institucionalidad
el ejercicio de la violencia, el control y la dirección de la sociedad y la
distribución de los recursos para estabilizar el poder.
Parafraseando al profesor Alfredo Ramos
Jiménez (2000); La construcción y consolidación de las hegemonías parten del
aparato institucional, el cual asegura el ejercicio del control y dirección de
la sociedad, de modo tal que las divisiones de clases y la distribución
desigual de recursos encuentren en el aparato organizado del Estado el
mecanismo articulador y estabilizador del poder que, según los casos, combina
en forma variable el consenso y la coerción. En este sentido es que el Estado
se sitúa en el centro de la construcción hegemónica.
Por consiguiente, el nuevo ideal
nacional estaba llamado a traer orden y progreso en una sociedad venezolana cuyos
valores y preceptos se encontraban profundamente corroídos por un sistema de
partidos donde el desorden y la anarquía estaban a la orden del día a través de
la transformación del entorno físico dejando de la lado el gasto en inversión
social. El propio Laureano Vallenilla Lanz (1954) ministro de interior del
gobierno de MPJ, indicaba que: la premisa del régimen político era la de ser un
Bull Dozer que tenía el noble propósito de lograr transformar del país, para
cerrar un capítulo de atraso en la historia venezolana. Al considerar de los
problemas tienen solución en la ingeniera, por lo que es pertinente abocarse al
desarrollo del país en lo infraestructural como: el agua, la vivienda, las
industrias básicas e intermedias y las comunicaciones. La razón esta idea,
estriba en que el nuevo ideal nacional lograría con el trabajo racionalmente
orientado satisfacer los intereses de la nación a través de la aplicación de
herramientas y proyectos tecnocráticos.
No
obstante, a pesar del gran impacto industrial e infraestructural que logró
crear alcanzar la dictadura perezjimenista, existen determinados elementos que
se unieron para socavar la estructura hegemónica de la coalición dominante
desde la cual se fundamentaba y estructuraba junta militar de gobierno. Por
ello, la presente ponencia tiene como objetivo fundamental avocarse de manera
sintetiza a explicar: ¿Cuáles fueron las características que le permitieron al
régimen autoritario consolidarse?, ¿El porqué del agotamiento del Bloque
Histórico? y ¿el surgimiento de una nueva coalición dominante dirigida por el
Contra Almirante Wolfang Larrazábal en un proceso de transición que daría paso
a la llegada del sistema de partidos venezolano y con esto la entrada de la
democracia?
Para
alcanzar este cometido, usaremos un lenguaje politológico diáfano enmarcado
desde dos postulados teóricos como lo son la teoría de sistema y el bloque
histórico de Antonio Gramsci en aras de explicar con fundamento las relaciones
dentro de la sociedad venezolana en la década de los cincuenta del siglo XX.
¿CUÁLES
FUERON LAS CARACTERÍSTICAS QUE LE PERMITIERON AL RÉGIMEN AUTORITARIO
CONSOLIDARSE?
La
literatura politología es extremadamente extensa en materia de populismo y
dictaduras contemporáneas en América Latina, debido a los fuertes procesos
autoritarios que ha padecido el continente en gran parte del silgo XX. Por lo
que es deber del politólogo dimensionar y comprender los problemas en los
cuales se sumerge latinoamericana desde una vertiente desarrollista en la que
se fundamentan los pilares económicos, políticos y sociales. Stambouli (1979)
explica que: “los factores sociológicos y politológicos que influencian las
condiciones por las cuales se consolidan los autoritarismos y las democracias
han sido descuidadas por las ciencias sociales latinoamericanas y en especial
caso Venezuela” (p. 21). Por ello, considero preponderante aclarar términos y
dudas sobre la consideración de lo que son los regímenes burocráticos
autoritarios, el tipo de dictadura desde la cual se ajusta el régimen de Marcos
Pere Jiménez para llegar a la explicación del Bloque Histórico y cada uno de
los componentes que conforman y legitiman la coalición dominante. Podemos
partir de 2 conceptos politológicos que se entrelazan, el primero parte de la
definición de Juan Linz en 1964 sobre autoritarismos para explicar la dictadura
franquista y la segunda de Guillermo O’Donnell en 1972 para explicar los
regímenes burocráticos autoritarios en América Latina y el Caribe.
1)
LOS
REGÍMENES AUTORITARIOS son definidos por Juan Linz (1964) como:
Sistema político con un pluralismo
político limitado, que no son responsables pero sobre todo carecen de una
ideología elaborada que sirva de guía. Aunado a esto no poseen una movilización
política intensiva, extensiva ni Mentalidad distintiva. Por lo que el líder o
grupo ejercita el poder dentro de unos límites mal definidos pero predecibles (p.
1474)
2) LOS
REGÍMENES AUTORITARIOS, BUROCRÁTICO–MILITARES son definidos por
Guillermo O’Donnell (1972) como:
Una coalición dominante guiada por
oficiales y burócratas que apuestan por un bajo nivel de participación
política. A menudo dicho régimen se apoya en un partido único; a veces, tolera
cierto pluralismo partidista pero sin competencias libres. Se trata del tipo de
autoritarismo más difundido en el siglo XX, particularmente en América Latina.
Este tipo de autoritarismo: no tiene una ideología elaborada, no busca el apoyo
de las masas y no trata de cambiar la sociedad. No obstante, acude a la
“consecución del interés colectivo interpretado autoritariamente por el más
capaz”, se transforma en principio jurídico situado en la base de toda la
organización estatal, dejándose en un segundo plano los principios políticos de la libertad y de la igualdad, o cuando
más poniendo el acento de la igualdad a los inscritos en el partido único (p. 63).
Podemos
apreciar con ahínco que las definiciones planteadas previamente poseen como
estructura principal: un líder fuerte o una colisión dominante que promueve el
desarrollo y la industrialización a través del control de la población, la
supresión de garantías civiles y constitucionales y la erradicación de todo
intento de libertad y participación. Al enarbolar la idea de renovación,
partiendo de la transformación del entorno físico para alcanzar altos niveles
de modernización e industrialización.
Venezuela
en este caso no escapa a la realidad del autoritarismo, puesto que el gobierno
provisional que asumiría el Presidente Marcos Pérez Jiménez en 1952, llegaría
de la mano de ciertos cuestionamientos como el fraude electoral de la elección
constituyente de ese mismo año; el asesinato de Leonardo Ruiz Pineda a manos de
la Seguridad Nacional en 1952; la detención de Alberto Carnevali en 1951 y el
asesinato del Presidente de la Junta Militar Carlos Delgado Chalbaud en 1950.
Estos condicionantes históricos y coyunturales, obligaron a la junta militar de
gobierno a generar mecanismos de control y legitimidad que garantizaran la
estabilidad en el sistema político venezolano. Estos mecanismos fueron:
-
La
disolución del consejo supremo electoral y las juntas que integran los órganos
electorales (1950)
-
La Junta
Militar de Gobierno por medio de las Fuerzas Armadas luego del golpe de Estado
indican que el ascenso al poder busca restaurar las garantías constitucionales
y con esto el proceso democrático. Por lo que una dictadura no es posible. La
idea es retornar a la democracia por medio de una constituyente que cuente con
el apoyo de la ciudadanía. (1950)
- La desmovilización política de la sociedad que se
consolidaría en 1952 al desconocer los resultados obtenidos de la constituyente
- Por otro lado Marcos Pérez Jiménez se dedica a estrechar lazos con los militares
los cuales ven en él un verdadero líder militar
- A partir de 1952 a 1956 se logra la estabilidad del sistema
político el cual usa la censura oficial, la autocensura y la conformidad de la
ciudadanía para gobernar tranquilamente
- El gasto público se destinó a obras de infraestructura como
autopistas; construcciones turístico ornamentales como el teleférico de Mérida;
complejos arquitectónicos, monumentos vías de comunicación, etc.
- El Estado venezolano se convierte en el gran inversionista
nacional, al constituir grandes complejos económicos como la petroquímica, la
siderúrgica.
- Apoyo al capital privado en la construcción de
infraestructura e inversión económica y alimentaria. Desde 1952 a 1956.
Estos
mecanismos le permitieron al sistema político obtener legitimidad política, la
cual es definida por Stambouli (1979) como la creencia en la validez de un
orden de cosas que son establecidas. En este caso el régimen autoritario de
Marcos Pérez Jiménez obtiene su validez por aquellos que están sometidos a
conjunto de normas, leyes e instituciones que son aceptadas, obedecidas y
cumplidas. Puesto que aquel que gobierna y posee el poder anhela el
reconocimiento y la justificación en cada una de las decisiones tomadas. Por su
parte Rouquie (2008) desde el punto de vista de la legitimación de las
dictaduras explica que la dictadura no es una normalidad constitucional sino
liberal, que busca interrumpir y violar el consenso normativo e institucional
conocido como el pacto social. Guillermo O’Donnell (1972) complementa esta idea
al acotar que:
Los regímenes burocráticos autoritarios
son sistemas excluyentes que dejan de lado la democracia, al dar preponderancia
a los actores principales de la coalición dominante que son los tecnócratas de
alto nivel como lo son: militares y civiles que se encuentran dentro y fuera
del Estado. Dichos tecnócratas colaboran en estrecha asociación con el capital
extranjero. Esta nueva élite elimina la competencia electoral y controla
severamente la participación política del sector popular. La política pública
se centra fundamentalmente en la promoción de la industrialización avanzado (p.
100).
Estos
dos postulados teóricos nos invitan a preguntarnos desde el punto de vista de
la politología como clasificar el tipo de régimen autoritario presidido por
Marcos Pérez Jiménez: Linz, Stepan y Chehabi (1996) aclaran este tema al
indicar luego un estudio amplio en materia de política comparada sobre autoritarismos,
autocracias y totalitarismo que:
Se incluyen nuevas categorías para
diferenciar entre regímenes no democráticos, entre ellas podemos mencionar Sultanismos, cuya caracterización terminológica se
realizó sobre cuatro dimensiones pertenecientes al concepto de autoritarismo
que son: liderazgo, pluralismo, movilización e ideología. El termino sultanismo
fue acuñado para explicar las formas extremas de patrimonialismo dentro de las
formas de dominación o autoridad tradicional. Partiendo con la aparición de un
cuadro administrativo y militar donde prima el culto personalista y el
patrimonialismo. El cual da paso a un poder de mando y dominación de carácter
patrimonial que administra la esfera de arbitrio libre que se desvincula de la
tradición. Por lo tanto, la forma sultanista del patrimonialismo no está
racionalizada (p. 170).
Luego de esta clasificación queda preguntarnos de qué forma
se encuentra conformado el bloque histórico de la coalición dominante. En una
primera instancia debemos explicar que según
Portelli (1973) la
estructura del Estado es regida por la “sociedad política” y “la sociedad
civil”. La primera es garante y custodia de los medios normativos, jurídicos y
coercitivos; mientras que la segunda es dueña del capital y los medios de
producción. Ambas logran establecer una superestructura donde la hegemonía es
impuesta por aquellos que obtienen el poder mediante el consenso o la coerción
y lo refrendan por medio de plataformas ideológicas como: la cultura, la
religión y la comunicación para cooptar y controlar a las masas desde
narrativas simbólicas. Logrando con ello crear una ciudadanía o clase
subalterna dispuesta a proteger el proyecto político. Dicho objetivo se alcanza
cuando la sociedad civil subsume a la sociedad política en aras de consolidar 3
momentos que son:
-
Momento económico: implementa la
hegemonía de un grupo determinado a través de la relación de los actores en
pugna con la naturaleza del proyecto
-
Momento político: definición de las
pautas e instituciones que garantían el reparto del poder
-
Momento político militar: definición
del interés hegemónico el cual pretende imponer su dirección
En base a lo previamente expuesto podemos indicar lo
siguiente:
1) La sociedad civil compuesta por actores políticos de
partidos como AD, COPEI, URD, PCV; la iglesia y el empresariado fueron
contrarrestados y neutralizados para permitirle a la elite militar del país
respaldar a un hombre capaz, fuerte y con voz de mando dentro de las fueras
armadas.
2) Esto motivó a que la sociedad política: es decir las fuerzas
armadas y la policía en vez de supeditarse a los intereses de los actores en
punga por el proceso reparto de cuotas de poder enmarcados dentro de un
proyecto democrático cuya estructura político e ideológica permitiera la
consolidación de un sistema de partidos. Terminó generando un momento económico
en el cual la naturaleza del proyecto se enarbolara desde una vertiente carácter
personalista sustentada en tres parámetros ideológicos como lo eran el
desarrollo, la industrialización y la modernidad desde el nuevo ideal nacional.
Orden y progreso era lo que se pedía a costa de la restricción de garantías
constitucionales, la libertad de participación y la comunicación.
3) Por consiguiente las
fueras castrenses se consolidarían como los nuevos actores que actuarían y
participarían en el campo político, social, económico y cultural para la
búsqueda de un nuevo Estado nación. “Donde el leit motiv sería la
reivindicación de la democracia y el desplazamiento de una oligarquía
partidista” (Stambouli, 1979, p. 89). Aunado a esto, se contó con una clase
subalterna cuyos intereses subversivos, es decir: sus actos hegemónicos tenían
como premisa fundamental defender los intereses económicos y políticos para
garantizar el reparto de las cuotas de poder dentro de un sistema de gobierno
donde se fusionan lo público y lo privado y se prepondera los lazos personales,
familiares, empresariales de aquellos individuos que forman parte de la junta
militar de gobierno. Hablamos entonces de los tecnócratas, quienes se abocaban
desde un discurso racional a explotar un capitalismo de Estado donde el
nacionalismo es la base fundamental para crear una nueva sociedad venezolana
moderna.
4) La homogeneidad ideológica y la estructura ideológica, se
basan en: la manipulación arbitraria de símbolos patrios; la glorificación del
líder; la falta de una ideología elaborada ya que solo se nos habla de
desarrollo, industrialización, modernidad y nuevo ideal nacional pero no se
demuestran los factores teóricos que sustenta esta propuesta sobre lo
ideológico; movilización coaccionada desde el clientelismo, uso de grupos para
estatales como la Seguridad Nacional que usaba la represión en actores civiles
y militares subversivos; ampliación del aparato económico e industrial para
generar estabilidad social y apatía en la movilización debido a que ningún
individuo escapa al ejercicio despótico del poder, lo que garantiza un falso
sentido de seguridad.
¿EL PORQUÉ DEL AGOTAMIENTO DEL BLOQUE HISTÓRICO?
Como hemos podido observar, el régimen burocrático
autoritario clasificado como un sultanismo dirigido por Marcos Pérez Jiménez,
posee un bloque hegemónico extremadamente fuerte. No obstante, dicho bloque entró
en una crisis política que motivó la disrupción o quiebre de las elites
gobernantes, las cuales fueron incapaces de seguir manteniendo el poder debido
a la inestabilidad del sistema político. Entiéndase como sistema político: “las
conductas o acciones sociales del cual emanan las decisiones vinculantes que
afectan los componentes de un sistema social global. Dicho sistema se encuentra
constituido por un centro decisor que actúa de acuerdo al ordenamiento
constitucional y pautas de conducta y acción” (Easton, 1973, p. 134). Sin
embargo, ocurre que este centro decisor entra en un proceso regresivo en el
cual situaciones perturbadoras afectan al sistema político impidiéndole asignar
autoritariamente valores. Esto se le conoce como tensión, la cual es definida
por Easton (1973) como: “el conjunto de sucesos que son relevantes porqué
producen cambios significativos durante un periodo de tiempo determinado en el
sistema político” (p. 134). Estos sucesos, se enmarcan dentro de coyunturas
históricas que propician la fractura de coalición dominante desde adentro lo
que da la transición.
En el caso de la dictadura Pérez Jimenizta, podemos ubicar
el proceso de quiebre en diez variables que son: 1) El plebiscito de 1957; 2) el
distanciamiento de la iglesia; 3) la economía política de la dictadura; 4) el
descontento empresarial; 5) la libertad de los presos políticos; 6) el
descontento de los militares; 7) la movilización de los partidos políticos; 8) la
junta patriótica; 9) la corrupción; 10) la manipulación exacerbada a través de
los medios de comunicación tradicional para la época radio y prensa; 11) la
represión.
1) El plebiscito de
1957: significó el control de la participación democrática del pueblo
venezolano, ya que la inclusión de miembros de la elite militar dentro del
proceso electoral significó una formula anti constitucional que evidenció claramente
la vulnerabilidad del aparato institucional venezolano. Tal era el control del
régimen sobre la elección que el presidente Marcos Pérez Jiménez informa al
congreso que: “el 4 de noviembre de este mismo año el plebiscito propuesto
permitiría dirimir el conflicto político perenne, ya que el proyecto indica que
si se está de acuerdo con las ejecutorias del régimen, la persona debe ser
reelegida. Al final Marcos Pérez ganaría con 2.374.790 votos a favor y 364.182
votos en contra de una población habilitada para votar de 2.738.972 personas” (Stambouli,
1979, p. 99).
2) El distanciamiento de la iglesia: El falso plebiscito
llevado a cabo por el gobierno, los constantes abusos de la dictadura hacia el
pueblo, los exilios, los asesinatos selectivos, las torturas y los presos
políticos por un lado y por el otro: la distribución desigual de la riqueza, el
desempleo, los bajos salarios, las bajas asistencias a las escuelas, los bajos
niveles sanitarios y asistenciales, etc., provocaron que la iglesia a través de la
pastoral se manifestará reafirmando que esta poseía un derecho al cual no podía
renunciar que era intervenir en la solución de los problemas sociales. Es así
como la iglesia destina su apoyo a los campesinos y obreros. Hecho que provocó
fuertes distensiones entre la escolástica y el gobierno. Hasta el punto que el
Arzobispo Arias Blanco indicaba que la iglesia es eterna y los gobiernos muy
temporales por lo que era necesario que la iglesia fuera una discreta aliada
del gobierno”
3) la economía política de la dictadura: la economía del país consistió
principalmente en la explotación petrolera la cual significó desde 1948 hasta
1958 el 93% de las exportaciones del país. Lo que significó el 65% de los
ingresos fiscales.
-
Los
ingresos fiscales gracias al petróleo aumentaron sostenidamente desde 1945 en
660 millones de bolívares hasta 5.405 millones de bolívares en 1957
-
Este
aumento en los ingresos fiscales le permitió al gobierno de Marcos Pérez
Jiménez llevar a cabo un proceso de modernización en el país enfocado en el
sector de la construcción en las obras públicas como: rutas de comunicación
urbanas e inter urbanas, complejos turísticos, monumentos, etc., las industrias básicas bajo el control
estatal como: la construcción de la Siderúrgica del Orinoco, la Hidroeléctrica
del río Caroní, la Petroquímica del Morón, el proyecto de la red Ferroviaria
Nacional
-
A pesar
de esta inversión se dejó de lado el gasto público orientado a la inversión
social, principalmente en educación. Puesto que sólo se destinó el 5% del
presupuesto nacional hacia este sector.
-
Desde
1952 hasta 1957 se tuvo un registro en educación primaria estructurada de la
siguiente manera: 1952 solo 570 niños inscritos lo que equivale al 92,6%, en
1958 la tasa de niños inscritos era de 752 niños lo que equivale al 88,9%. Mientras
que en 1a educación media tenemos un registro en 1952 solo 41 jóvenes inscritos
lo que equivale al 7,0%, en 1958 la tasa de jóvenes inscritos era de 83 jóvenes
inscritos lo que equivale al 9,8%.
-
Estas
estadísticas reflejan simplemente la importancia que tenía la industria para la
consolidación del nuevo ideal nacional, pero la educación era dejada de lado
para evitar procesos de confrontación hacia futuro.
4) El descontento empresarial: Las demandas del sector
empresarial no fueron aceptadas por el régimen lo que provocó la
desarticulación entre el gobierno, el empresariado, los sectores comerciales y
la construcción.
5) La libertad de los presos políticos: para 1954 la prensa
indicaba que habían más de 400 presos a los cuales el gobierno les había
otorgado la libertad. Esto representaba el 60% de detenidos. Igualmente se
abrieron las fronteras para que aquellos exiliados pudieran regresar al país.
Tal es el caso que para el 3 de febrero de 1956 el presidente Marcos Pérez
Jiménez había autorizado el regreso de Rómulo Betancourt y Rómulo Gallegos.
Hecho que demostraba por un lado el talante democrático de la dictadura y por
otro la capacidad para generar nuevamente la articulación necesaria para lograr
la transición. Al final esta decisión terminó afectando enormemente el sistema
ideológico y político del gobierno.
6) El descontento de los militares: la represión y el silencio
eran usadas igualmente hacia las demandas generadas por los militares quienes
veían como la seguridad nacional comandada por Pedro estrada vigilaba y
castigaba a todo aquel castrense que criticara al régimen. Esto provocó molestias
dentro de la fuerza armada que era constantemente humillada pero sobre todo
demostraba como el comandante en jefe se separaba de su subordinados para
beneficiar a una pequeña cúpula conformada por Laureano Vallenilla Lanz,
7) la movilización de los partidos políticos: las estrategias
unitarias de las seccionales juveniles de AD con el PCV y la divergencia entre
los exiliados políticos a través del consenso interpartidista. La creación de
la junta patriótica en 1957 con PCV, URD y posteriormente COPEI y AD. Se
llevaría a cabo la XIII plenaria del PCV en febrero de 1957, para establecer el
consenso interpartidista por medio del acercamiento a otros sectores, lo que
traería como consecuencia que se contactará a sectores molestos con el régimen
como empresarios, clérigos, intelectuales y por ultimo a los militares, los
cuales se solidarizaron con todos los sectores de la sociedad.
8) La junta patriótica: Por iniciativa de Fabricio Ojeda de
URD, Guillermo Ponce del PCV, Moisés Gamero AD y Enrique Aristiguieta por COPEI
constituyen en la clandestinidad la llamada Junta Patriótica el 11 de junio de
1957. La junta patriótica aspiraba a ser el núcleo organizador, cohesionador,
coordinador y movilizador del descontento generalizado hacia el régimen. Para
ello destinaron sus acciones en tres frentes:
-
La publicación de manifiestos clandestinos: se
estructuraron en base a elecciones libres y competitivas, el llamado a la
unidad multisectorial, el retar al dictador al decir no deseamos retaliaciones
de ningún tipo.
-
Contacto
con diversos grupos civiles y militares
-
Y la
agitación civil que se consolidó con el llamado a huelga general que se
llevaría a cabo el 21 de enero de 1958, la cual contaría con el apoyo de bancos, comercios, industrias,
estudiantes, obreros, se editan manifiestos dirigidos a las mujeres y se forma
un frente amplio universitario para provocar agitación en las universidades
venezolanas.
-
Así mismo
se crea en diciembre de 1957 el comité juvenil de agitación y propaganda
política. E igualmente se inician las conversaciones con los militares. Por lo
que todo estaba entre dicho para que el paro general iniciara con las sirenas
de las fábricas y las bocinas de los autos, las cuales debían sonar cinco
minutos antes de iniciar la gran huelga general contra la dictadura.
-
Dos días
después caía el régimen autoritario de Marcos Pérez Jiménez y con ello la
coalición dominante
9) la corrupción: debido al enorme gasto fiscal efectuado por
el gobierno a través de los proyectos de obras públicas, se tenía una enorme
deuda que excedía las capacidades de pago del Estado venezolano, lo que provocó
que los contratistas se financiaran en el exterior y a su vez descontaban las
deudas que ellos tenían con el Estado ya fuese en el mercado interno como el
externo. Esto se debe a que en el país para la fecha no existían los mecanismos
crediticios
Aunado a esta situación, luego de la
caída de la dictadura se reveló que la deuda alcanzaba 4.500 millones de
dólares, y había sido contraída al margen de toda norma legal. Lo que afectaba
la solvencia del Estado y con ello las finanzas de muchas empresas
constructoras que se encontraban en quiebra.
10)
La
manipulación exacerbada a través de los medios de comunicación tradicional para
la época radio y prensa;
11)
La
represión: en los dos últimos años de dictadura el régimen autoritario entró en
una dialéctica de la represión. Donde la represión exige cada vez más
represión. Dicha represión se convertiría en la fuerza hegemónica del
gobierno
¿EL SURGIMIENTO DE UNA NUEVA COALICIÓN DOMINANTE DIRIGIDA
POR EL CONTRA ALMIRANTE WOLFANG LARRAZÁBAL EN UN PROCESO DE TRANSICIÓN QUE
DARÍA PASO A LA LLEGADA DEL SISTEMA DE PARTIDOS VENEZOLANO Y CON ESTO LA
ENTRADA DE LA DEMOCRACIA?
Parafraseando a Delgado (2010) este
acota que Larrazábal llega a Venezuela en las postrimerías de 1957, es
ascendido al grado de Contralmirante, habiendo hecho curso de Guerra en la
Marina de los Estados Unidos de América, coincidencia con lo que hemos afirmado
hasta ahora, o simple casualidad. El hecho es que una vez que llega al país es
nombrado por segunda ocasión Director del Círculo Militar. Lo estratégico de la
posición que va a ocupar el futuro Presidente de la Junta Militar de transición
una vez derrocado Pérez Jiménez, radica en que es el sitio de esparcimiento de
la oficialidad, subalternos, superiores, generales o almirantes, todos asisten
a festejar o sencillamente a pasar el día, en familia o en compañía de otros
camaradas de armas al club militar. Esto le permite tener bien estudiada la
situación de lo que está ocurriendo puertas adentro de la institución, y lograr
ganar adeptos para un eventual y futuro levantamiento. Larrazábal, demuestra a
nuestro parecer una cualidad básica en la política, y sobre todo cuando se
trata de la lucha por el poder y es saber ubicarse en el lugar apropiado y en
el momento justo.
Delgado (2010) nuevamente acota que Larrazábal
debía contar con respaldo no solo de los militares alzados contra el gobierno,
sino de los otros factores de poder que participan del pronunciamiento militar,
es decir, del Gobierno de los Estados Unidos de América, de los empresarios, de
los partidos políticos e incluso de la jerarquía de la Iglesia Católica, de
esta ultima ya se hizo alusión de cual era su posición frente al gobierno de
Pérez Jiménez. “Lo que diferencia al 23 de enero de los episodios similares de
nuestra historia es su carácter de jornada colectiva, tanto en lo militar como
en lo civil. Pues hasta 1948, la caída de todo Gobierno representaba en
Venezuela, el triunfo y consolidación en el poder del caudillo vencedor en la
jornada.”25 Es evidente que se dio el más amplio acuerdo entre los factores que
buscaban instaurar un nuevo gobierno en el país, y además que Larrazábal
contaba con el apoyo de todos, para conducir los destinos de la nación en la
transición hacia el sistema de Democracia Representativa.
Por lo que la Junta militar que se
constituye el 23 de enero de 1958, es la siguiente; Contralmirante Wolfgang
Larrazábal Comandante de las Fuerzas Navales, los Coroneles Ejército Roberto Casanova,
Abel Romero Villate y Pedro José Quevedo, este último Director de la Escuela Superior
de Guerra, y el Coronel Carlos Luis Araque, Comandante de las Fuerzas Armadas
de Cooperación, siendo Secretarios sucesivamente los Doctores Renato Esteva
Ríos y Edgar Sanabria.26 Esta Junta cambia rápidamente al ser sustituidos el
día 24, los Coroneles Abel Romero y Roberto Casanova, quienes tenían
resistencia en los factores políticos que asumían la vanguardia, por los
empresarios Eugenio Mendoza y Blas Lamberti. La consigna de la Junta es clara
su intención es convocar a la brevedad posible un proceso eleccionario que
garantice una transición pacífica del gobierno a manos civiles, e iniciar la
democracia representativa como forma de gobierno. Larrazábal se erige pues,
como el líder del movimiento contra el perezjimenismo. (Larrazábal 2010)
La situación política y social en el
país no se calma con los inicios del nuevo gobierno, y lógico es pensar cuando
se viene de una década donde el signo fundamental del gobierno era la represión,
las pasiones contenidas toman rienda suelta, y los desórdenes se multiplican en
el país, lo cual revela que no existía un liderazgo político organizado que le
diera direccionalidad al movimiento de masas espontáneo que se estaba sucediendo,
desde antes de consumar el derrocamiento de Pérez Jiménez, esta era una
realidad concreta. Es decir desde el momento que es inminente la caída de la
dictadura, el desconcierto está presente en muchos sectores, el pueblo no
reconoce un liderazgo claro y en los inicios se desborda la rabia contenida
tras una década de opresión. (Larrazábal 2010)
El asunto más complicado que va a
enfrentar en los meses iniciales Larrazábal tiene que ver con los
enfrentamientos dentro de la institución militar, y que ponen frente a frente
al menos a dos facciones bien definidas, por un lado los seguidores del
Teniente Coronel Hugo Trejo, y por la otra al General Jesús María Castro León.
Dos estilos de ver el curso de los acontecimientos, y que van a complicar la
dirección que Larrazábal pretendía darle a la transición, no obstante el
Contralmirante logra cohesionar a la mayoría de los integrantes de las Fuerzas
Armadas alrededor del proyecto de democracia representativa. En mayo de 1958,
el segundo de abordo en la jerarquía del gobierno estadounidense llega a
Caracas, en medio de importantes manifestaciones en rechazo a su presencia en
el país. El nivel de las manifestaciones tuvo tan alto impacto, que el programa
original de actividades del número dos de la Casa Blanca, se modificó y
prácticamente se recluyo en la sede de la Embajada de los Estados Unidos.34 El
rechazo de la visita de Nixon estaba fundamentada, en el apoyo irrestricto que
los gobiernos estadounidense les brindaban a las distintas dictaduras en
América Latina, y además por ser el país donde estaba asilado Marcos Pérez
Jiménez. (Larrazábal 2010)
En el sector civil, la situación es
diferente los actores políticos se reorganizan y estructuran sus fuerzas
partidarias, con la vista puesta en el proceso electoral en ciernes, y los
empresarios participan del gobierno interino creando bases sólidas, para las acciones de gobierno futuro
reservándose áreas estratégicas para la
influencia directa de la empresa privada, no en balde los despachos de Fomento,
Hacienda, Agricultura y Cría, entre otros son
ocupados por empresarios o por sujetos vinculados con grupos económicos, en este grupo las diferencias son mas de
matices que de fondo, aun cuando muchos
participen de la actividad política y partidista. El pacto de Nueva York acordado en enero de 1958, no solo se
circunscribía a la esfera política, en cuanto a elementos propios de la
Democracia Representativa, y que establecen un equilibrio del poder
constituido, garantizando la alternabilidad en el ejercicio del gobierno, sino
que también contemplaba la participación de los grupos económicos de manera más
activa en la toma de decisiones desde la estructura del Estado. Quizá se pueda
negar lo antes afirmado bajo el argumento de no haber testimonio escrito de
esta parte del pacto, sin embargo en el desarrollo histórico hay eventos y
sucesos, que por su propia dinámica hablan sin que precise un documento que
exprese taxativamente sobre el particular, los acuerdos alcanzados en la ciudad
estadounidense. (Larrazábal 2010)
A partir de 1958 el acuerdo es del
sector empresarial como cuerpo estructurado, independientemente de las
simpatías políticas que cada uno profesa, o incluso las relaciones familiares o
amistosas, el asunto es que el sector de los propietarios como sector organizado,
se convierte un actor político que desde el mismo momento en que es derrocado
Marcos Pérez Jiménez, toma parte de la estructura gubernamental, en posiciones
de vanguardia. A partir de 1958, se inicia una forma de gobernar que se
sustenta en entender,… “que el poder político es el producto de un conjunto de
alianzas y de acuerdos entre los diversos sectores que integran un país. El
gobierno de la Junta va a tener una peculiaridad, que al surgir de un golpe de
Estado contra una dictadura, logra nuclear una base de apoyo muy amplia donde
las principales fuerzas políticas acuerdan respaldar al nuevo gobierno de
facto, mientras se supera la etapa dictatorial. (Larrazábal 2010)
La Junta tenía una asignación muy
concreta organizar el proceso electoral que legitimaría un nuevo poder público,
deber que para tener un cabal cumplimiento va a requerir de un voto de
confianza. El gobierno de la Junta al tener un origen de facto,45 tiene la
constante tentación, que muchos se acerquen y propongan a los nuevos gobernantes
saltarse los convencionalismos y proceder a fortalecer una nueva dictadura, sin
embargo Larrazábal y la Junta que presidía tenían el compromiso de concluir
1958 con la elección de un nuevo gobierno. Los partidos políticos siendo parte
fundamental de este pacto, colaboraban con la institucionalidad recién
instalada en el país, era parte del compromiso firmado en Nueva York, que con
la excepción del PCV, excluido a instancia del régimen de los Estados Unidos
unos de los garantes del pacto suscrito en la ciudad de los rascacielos,
propuesta que es aceptada y aplicada por, Betancourt, Caldera y Villalba, no
obstante tal exclusión el PCV, se mantiene dentro de la institucionalidad
establecida, respaldando al gobierno presidido por Larrazábal. (Larrazábal 2010)
El Plan de Obras Extraordinarias una
política necesaria
Con el Plan de Emergencia el gobierno
de la Junta presidida por Larrazábal, le aporta estabilidad política al
régimen, contribuyendo de manera notable a consolidar el proyecto de
democracia representativa, se convoca
al pueblo a través de esta política y con ello el pueblo le da estabilidad,
legitimidad y validez a un proceso que nace como un pacto de é lite, que desde
la ciudad de Nueva York, habían acordado como se iba a dirigir los destinos del
país. Aro (2012) resalta que:
Es así como luego de la caída de la dictadura de Marcos
Pérez Jiménez, el 23 de enero de 1958, marcó el comienzo de uno de los períodos
más interesantes e importantes de la historia política contemporánea de
Venezuela. Que parte con la formación de una Junta de Gobierno que asume el
poder y dirige el proceso político del país hacia el establecimiento de un
régimen constitucional democrático. Durante este período provisional que va
desde
1958 hasta 1960, asciende al primer plano la actividad
política de los partidos; se convocaron las elecciones y el país entró en una
etapa de democracia representativa, que devino en el “sistema populista de
conciliación de élites” (p. 3)
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El Consenso y la Confrontación en el Sistema Político Venezolano. (1958-2008). En: Revista Memoria Política. Nueva Etapa Vol. 2, (N). 1. Pp
51-83.
[1] Ponencia presentada en el foro: “A 60 años del Pacto de Punto
Fijo: acuerdo de gobernabilidad o reacomo de élites”. Mérida, 23 de junio
de 2018, Organizado por la UPEL-Mérida en la Casa Bosset.
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