Ramoncito poncho en el Imaginario Histórico de la ciudad de Ejido, Estado Mérida (Una Aproximación)

Fuente: El Universal
                    En Mérida la ciudad de Ejido

Autores: Yazmín Durán Méndez y Ramón Alonso Dugarte.

X JORNADAS: MÉRIDA CUENTA SU HISTORIA.

INTRODUCCIÓN.
El presente trabajo representa una aproximación al estudio de la vida de Ramoncito Poncho, personaje peculiar de la ciudad de Ejido del estado Mérida, el cual nos sirve para hacer un acercamiento de las representaciones sociales en el imaginario cultural de los ejidenses. Cabe destacar que hasta el momento sólo presentamos algunos adelantos de nuestra investigación ya que se encuentra en curso y pretende retroalimentarse de los puntos de vista de los presentes.
Hemos estructurado nuestro trabajo en tres partes, en la primera haremos unas aclaratorias conceptuales, especialmente referente a la necesidad de nuevas fuentes dentro de la Historia. En la segunda, profundizaremos respecto de la importancia de los cementerios, cuyo valor histórico en ocasiones en desestimado y por último nos acercaremos a la importancia de Ramoncito Poncho en el Imaginario cultural de Ejido.

DESARROLLO.
1-    Las Nuevas Fuentes en la Historia.
Al conformarse la Historia en disciplina científica en la segunda mitad del siglo XIX, especialmente bajo la égida del Positivismo, la única forma de construir el relato histórico fue a través de los Documentos escritos. Bajo ésta perspectivas el trabajo del historiador o del estudioso de la Historia se limitaba a “contar las cosas tal como sucedieron” esperando una anhelada objetividad, la cual hoy en día sabemos que es sencillamente imposible. Sin embargo, en base a ello se perfeccionó el quehacer historiográfico, profesionalizando especialmente el Análisis del Documento. Aspecto cuyo valor aún hoy en día valoramos.
            Sin embargo, ello trajo consigo una serie de problemas, entre los que se cuentan la exclusión a las que iban siendo objeto las sociedades ágrafas. ¿Cómo construir la Historia de sociedades que no tenían escritura? Es allí cuando se hace necesario acudir a nuevas fuentes que permitan el resguardo de la memoria histórica.
            Es entonces, aproximadamente en la segunda mitad del siglo XX, cuando en el ejercicio de la construcción histórica se echa mano de diversas fuentes. De las cuales aún hoy en día a pesar de convivir con ellas, no somos del todo conscientes de su importancia.
De allí vale la pena recordar que la Historia es un ejercicio no sólo del estudio de los hechos pasados sino una ciencia social del presente y es por ello que debemos estar familiarizados de las diversas fuentes que tenemos a nuestro alcance.
Tipos de fuentes: Documentales (Directas- No directas), Orales, Fotografía, Audiovisuales –Películas, documentales, etc.–, la música y las Obras de Arte.

2-     Valor Histórico de los Cementerios.
En el oficio de la reconstrucción histórica, que para algunos dicho oficio es un arte y para otros una ciencia social. Ha habido desde hace siglos una conjunción entre Historia, Religión y Arte o Arquitectura. Desligar estos tres factores resulta sencillamente imposible.
Ello lo observamos desde las Grandes Pirámides Egipcias o Mesoamericanas, hasta en nuestros cementerios locales: Hay una conexión importante entre Historia-Religión-Arquitectura. Es en este sentido que nos planteamos nuestra investigación, la cual tiene como figura central a Ramoncito Poncho cuya tumba se encuentra en el Cementerio San Luis Gonzaga de la ciudad de Ejido.


Germán Ferro Medina, antropólogo colombiano, citando al escritor y en­sayista Cees Nooteboom, nos dice:
La mayoría de los muertos callan. Ya no dicen nada, pero sus tumbas siguen hablando y evocando, reso­nando en nuestra memoria. Los muertos propician la comunicación suscitando en los vivos sentimientos de afecto, de esperanza, de solidaridad, para no olvidar, para no perder la memoria.

Es decir, las tumbas tienen información, evocación contextual. Allí se conjuga lo arquitectónico, histórico, político, espiritual, Los muertos aún dicen cosas, sus tumbas hablan por ellos, suscitan en los vivos sentimientos de afecto, de esperanza, de solidaridad, para no olvidar. El cementerio católico es un lugar patrimonial por excelencia, el lugar de todos, de todos nuestros muertos; un lugar que evoca la memoria de lo que hemos sido, del legado de nuestros inmediatos  y más lejanos antepasados que participaron de diversas maneras en la construcción de la sociedad en que vivimos.
El cementerio es una fuente privilegiada para la investigación histórica contiene a la manera de un gran libro abierto, información en fechas de nacimiento y muerte de un gran porcentaje de la población, nombre y apellido de individuos y familias, nombres de gremios. Están presentes textos como epitafios, loas, dedicatorias, homenajes y mensajes dejados por parientes o amigos de los muertos.
Por ende, como nos dice el mismo Germán Ferro Medina: El cementerio es generoso en documentos visuales, iconografía, símbolos, materiales constructivos y artísticos; abundante en fotografías, alto relieves, esculturas y retratos de las personas, en escuelas y estilos artísticos y arquitectónicos: Todo ello susceptible de periodizar y de identificar como expresión de una marca temporal y cultural. Al fin y al cabo, sabemos que estamos trabajando en un periodo de menos de doscientos años, desde la primera década del siglo XIX hasta la actualidad.
Hay que recordar que al iniciar la investigación debemos caer en cuenta de que estamos entrando a una ciudad dentro de la ciudad:
Es una Necrópolis, la ciudad de los  muertos, donde moran eternamente nuestros antepasados, no siempre sólo a veces son trasladados o desaparecidos por diferentes causas. [Hay que recordar] que en el cementerio hay, igualmente, propiedad privada, dueños de mausoleos o tumbas y difuntos en alquiler. Tenemos conjuntos familiares, mausoleos en venta o abandonados; hay superpoblación, zonas de lujo y otras pobres, sectores principales y otros aislados o marginados.
                                 
3-    El cementerio de Ejido San Luis Gonzaga.
El cementerio de Ejido estado Mérida, lleva por nombre San Luis Gonzaga, fue creado en el año 1900 del Siglo XX. Actualmente abarca un terreno de aproximadamente 26.854m2. Es considerado el único cementerio que posee osario desde su fundación, el campo santo contiene una inscripción que dice así:
“MEMENTO EN IN PILVE REM REVERTIS.
MCMI cifra en números romanos”
Esto significa; “recuerda hombre que de polvo eres en polvo serás convertido”  esto se encuentra en la entrada del  cementerio y la cifra es el año de la fundación del cementerio: 1901.
Es competencia del Gobierno Municipal la administración, igualmente prestar el servicio de Inhumación y exhumaciones, estas práctica se llevan a cabo en el cementerio de Ejido. De igual manera la Ley Orgánica de regímenes Municipales establecen la  competencia propia de la prestación de este servicio, dar la debida sepultura  a todos los ejidenses  garantizando un lugar tranquilo para el momento de la inhumación donde familiares puedan visitar a sus seres queridos.
Se encuentra Ubicado en la Calle Cementerio, entre avenida Fernández Peña y avenida Bolívar, vía Mesa Seca de Ejido. En entrevista al Sr. Rafael Márquez, nos dio algunos detalles: El cementerio cuenta con un espacio triangular ubicado a orillas de la vía, es una pequeña plazoleta en la que se aprecia una escultura elaborada de hierro y concreto, esta obra es de sección cuadrangular constituida por varios registros. El primero  es un podio de cemento emplazado sobre una base de dos secciones del mismo  material. El segundo constituye una armazón de hierro sin ninguna decoración, en el tercer registro se ubican varias representaciones, dos humanas y cuatro animales colocados en cada esquina, se trata de caballos con jinetes. El cuarto registro lo constituyen tres vigas de hierro que forman un rectángulo elevado verticalmente, rematada por figuras zoomorfas. En la parte inferior  dentro del rectángulo se emplaza una cruz, aproximadamente hay unas 3600 fosas, y se encuentra dividido por varios sectores que son los siguientes: Sector A: 201; Sector B: 108; Sector C: 189; Sector D: 264; Sector E: 780; Sector F: 821; Sector G: 550; Sector H 1400
Para la fecha 05 de Febrero de 1880 se realiza el cierre del antiguo cementerio el cual su asentamiento era una gran hacienda que ocupaba lugar al lado del templo San Buenaventura, lo que hoy día es el colegio José Félix Rivas. El nuevo cementerio fue mudado a las afueras del casco de Ejido, porque ya no había espacio suficiente, y el lugar no estaba en ópticas condiciones para que continuara allí, es cuando una comisión de la Alcaldía se abocan a resolver el problema que de una u otra manera estaba afectando a los vecinos de dicho Lugar, tal y como nos comentó en la entrevista el señor Rafael Márquez.
Según el encargado del cementerio para el año 2015, Sr. José Ramón Peña Mendoza, para la decoración no existe ningún organismo vinculado como funerarias, empresas de construcción, entre otras.
Para los tómbolos y las lápidas, son los mismo familiares que se encargan de buscar quien realice dicha obra. Y de igual manera se encargan de contactar la funeraria; pues ellos no brindan ese servicio a los usuarios.
Hicimos una comparación con el cementerio de la Parroquia - Estado Mérida, notamos que ambos mantienen la misma estructura en cuando a la elaboración de los tómbolos, reflejan en ocasiones el arte de inicios del siglo XX, manteniendo un arreglo muy artístico.
Posteriormente las más antiguas de sus tumbas van de 1923 a 1926, las cuales se encuentran incrustadas en la pared de la entrada al cementerio.
A medida que uno recorre el lugar, vamos reconociendo la fuerza evocadora que tienen la materialidad de las tumbas y sus vínculos devocionales. Eso ha permitido, como nos dice Germán Ferro Medina, hacer visibles los olvidos, dar cuenta de diversas prácticas de inclusión, redescubrir sujetos y actores socia­les, tensiones de género, apuestas populares, histo­ria política de construcción de nación, disenso, nego­ciación simbólica, luchas y reivindicaciones sociales, arte efímero y popular, en fin, allegar una genero­sa información y tener un aprendizaje sobre la his­toria de la ciudad.

4-    Ramoncito Poncho en el Cementerio de Ejido, San Luis Gonzaga.
También el mismo señor José Ramón Peña Mendoza nos hablaba de la tumba que es más visitada por los ejidenses, y es la del Señor Ramoncito Poncho, muchas personas acuden a él para agradecerle por favores concedidos y otras van a prenderle luz. La tumba más visitada es la de Ramoncito Poncho, esto es debido a su figura mágico-religiosa en la cual muchas personas le veneran y lo consideran un hombre santo, una vez llegan al lugar de su tumba, le rezan, piden peticiones, etc.
            Se dice que desde niño fue traído a Ejido de la Grita por el padre José Ramón Gallegos, cura párroco de San Buenaventura, a comienzos de la década de los treinta como muchacho mandadero o conchabado, también se ocupaba de ayudar en la limpieza de la iglesia. De allí se fue a casa de las hermanas Altuve, personas laboriosas que entre otras labores fabricaban ostias y escapularios, más tarde se traslada a Pozo Hondo a casa del Sr. Federico Oviedo, pero su estadía fue muy corta y se muda a casa del Sr. Damián Soto cuenta que allí no se sentía agradable, y es cuando la familia Dugarte lo invitan a formar parte de su familia es aquí cuando formaba parte de este núcleo familiar.
Era una persona humilde, de hablar muy pasito, (jamás gritó), usaba siempre un bastón que le servía como sostén y para defenderse de los perros en la calle. Desde muy temprano del día salía rumbo a la misa mañanera, con su sombrerito, su panto cerradito, sus alpargatas o  cotizas amarradas de los pies y su pantalón a las rodillas, los cortaba pues no le gusta usar el pantalón largo, de allí que los habitantes de la comunidad lo bautizaron con el nombre de RAMONCITO PONCHO, por sus pantalones.
Al salir de la iglesia iniciaba su ruta visitando las casas. Donde recibía comida, ropa usada y algunas monedas que las destinaba para comprar las velas a sus santos en el altar de la iglesia o capillas que se encontrara durante su recorrido, cuenta la Historia que jamás se le escuchó una grosería.
Prosigue el señor José Ramón Peña Mendoza que generalmente siempre tenía una sonrisa, a veces se lo encontraban a las orillas de las calles o de un callejón rezando sus oraciones a la virgen y a Dios que lo acompañaran siempre, fue en un santo en vida, sus restos están reposando el dicho cementerio. Sus devotos le construyeron una pequeña  capilla, donde le colocan flores, velas, placas, figuras e cualquier tipo en respuesta por un milagro concedido. Cabe señalar que la figura es también utilizada para rituales denominados como brujería y santería, por lo que hace frecuente las visitas a ese lugar/o tumba.
CONCLUSIONES.
El estudio de los cementerios expresa una manera de abordar las conductas individuales y colectivas de la sociedad. Un cementerio se convierte  a partir de los criterios establecidos para sepultar a los difuntos en una evidencia material que refleja las formas de organización, el sistema de relaciones, las costumbres, las creencias, los valores puestos en juego que esa sociedad adopta y expresa para su desarrollo cotidiano, los cementerios contribuyen en servicios públicos bajo el área de competencia del municipio, lo cual satisfacen necesidades de las comunidades.
El Cementerio de Ejido es uno de los más antiguos del estado Mérida y de allí de su importancia, ya que en primer lugar nos sirve de fuente en la reconstrucción de la memoria histórica, y en segundo lugar, para el caso específico de nuestro objeto de estudio, es donde se venera a la figura de Ramoncito Poncho.
Dentro del marco de investigación en el cementerio se intentó indagar en los archivos administrativos y concejos municipales, pero fue un limitante, debido a que no hubo una plena receptividad por parte de los funcionarios, y la administración brindó información básica, al igual que obtuvimos mediante la observación en el lugar, sin embargo, sirvió como complemento para iniciar con este trabajo.
Cabe señalar, para finalizar, los retos que tenemos por delante en dónde nos queda por sistematizar la valoración histórica de Ramoncito Poncho en el imaginario colectivo de los ejidense. Personaje hoy en día poco conocido por la mayoría de la población, más allá de sus seguidores, sin embargo, por medio de las entrevistas realizadas y con la revisión bibliográfica que hemos iniciado, nos queda claro que fue un personaje particular, querido y reconocido por la población de Ejido de los años 40, 50 y 60. A la par de otros personajes peculiares de nuestro estado como Jacinto Plaza, Amador y Machera. Y es nuestro reto seguir con su estudio para aporta nuestro grano de arena en la construcción del Imaginario Histórico de la ciudad de Ejido.
Gracias.


BIBLIOGRAFÍA
Fondo Editorial bolivariano. Municipio Campo Elías. Consultado en https://issuu.com/fondoeditorialbolivariano/docs/campo_elias__merida_/34
(Sr, Rafael Márquez, entrevista personal. 17-10-2015)
(Sr, Peña Mendoza, José Ramón, 30-10-2015)
Caracciolo Lobo Lacruz: “Personajes típicos de Ejido” En: Frontera, Mérida Domingo 24 de septiembre de 1995. P.A-5

Germán Ferro Medina (2010): Guía de observación etnográfica y valoración cultural a un barrio. Apuntes, Vol. 23, N° 2, pp. 182-193.

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