Por: Ramón Alonso Dugarte.
Cuando estudiamos a fondo la constitución del capitalismo entendemos eso que Karl Marx alertó sobre sus grandes contradicciones, entender por ejemplo que por más que promulgue el libre mercado y la libre competencia en realidad apunta cada vez más a los grandes monopolios y oligopolios. Lo mismo sucede con la Globalización, cuya oferta es un mundo más libre, interconectado y plural pero en realidad son sólo promesas ya que en realidad es el poder Hegemónico quien se consolida. De allí que se hable más bien de la “fase superior del capitalismo” o sencillamente de la mundialización del liberalismo. Ante esa gran contradicción es que apunta y alerta un artículo de Ignacio Ramonet (2003) titulado El Quinto Poder.
Compartimos plenamente aquello que nos aconsejaba E H Carr en su libro Qué es la Historia (1989), que antes de estudiar la Historia debemos estudiar primero al Historiador. Perfectamente podemos ampliar el panorama y aplicarlo en cualquier ámbito de las ciencias sociales, es importante antes de adentrarnos al estudio de cualquier tema estudiar y saber primero quién lo escribe.
Ignacio Ramonet nació en España, específicamente en la ciudad de Pontevedra en el año 1943, su profesión de origen es periodista, con estudios de cuarto nivel en las áreas de Semiología e Historia de la Cultura. Fue desde 1990 hasta 2008 director de la publicación mensual Le Monde Diplomatique, actualmente dirige la versión castellana. Hombre abiertamente ligado a la izquierda internacional, en Latinoamérica ha manifestado su apoyo abiertamente a los gobiernos denominadas “progresistas”, es pública su relación con Fidel Castro y en su momento con Hugo Chávez. Precisamente dentro de su obra intelectual destacan Fidel Castro: biografía a dos voces o cien horas con Fidel (2006) y Hugo Chávez. Mi primera vida (2013). Someramente podemos ubicar el pensamiento de Ramonet, del cual nadie puede negar que por lo menos es un intelectual preocupado por ese otro mundo posible además de alertar actualmente sobre las grandes contradicciones del capitalismo en el siglo XXI.1
El artículo publicado en Le Monde Diplomatique (octubre 2003) arranca haciendo un análisis sobre los poderes que constituyen al Estado Moderno, esos que muy bien Montesquieu sintetizó en su obra El espíritu de las leyes. Además nos habló de la necesidad para el mantenimiento del Estado, con el equilibrio (pesos y contrapesos) de estos tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, el Estado puede mantenerse. La propia dinámica de dichos poderes, de los gobiernos que coparon lo más que pudieron con sus tendencias absolutistas y totalitarias, surge un Cuarto Poder, el de los medio de comunicación, que en un contexto de gobiernos represores sirvieron de mucho para desenmascarar a quienes abusaban del poder.
Ello no niega que también hayan existido medios oficiales pero la tendencia eran más Medios de comunicación cuyo deber prioritario era denunciar las violaciones de derechos, al servicio de los “que no tenía voz”. Esto se quiebra y según Ramonet se quiebra producto de la concentración en pocas manos de la producción de nuestro consumo elemental incluyendo el entretenimiento desde lo mediático, ahora los medios están al servicio del gran capital, no se niega que hayan medios al servicio de causas más nobles pero que no tienen el impacto que tienen las grandes cadenas del entretenimiento. Teniendo el poder de incidir de manera contundente en la opinión pública, incluso colocar gobernantes en el poder pero también tumbarlos cuando no convengan.
¿Qué hacer ante ese panorama? Es una de las preguntas que intenta responder nuestro autor, planteó constituir un quinto poder que haga frente a las grandes transnacionales y denuncien sus delitos, un Observatorio Internacional de Medios de Comunicación ya materializado. Con gran importancia pero que aún es poco para el impacto de las grandes industrias y su papel en la nueva dominación, dicho Observatorio es una referencia para una élite informada, si se quiere, erudita pero la proyección a las masas es muy poca, esta está entretenida con todo lo que le ofrece las grandes cadenas, pues si antes la consigna de dominación fue divide y vencerás ahora es distrae y vencerás.
Incluso en países que se han planteado hacer una Revolución como es el caso de Venezuela, no les queda más remedio que replicar las Formas de entretener e informar de esas grandes corporaciones, con la excusa de atraer audiencia y rating replican la televisión basura (para hablar del caso de la TV), es el caso de Winston Vallenilla y TVES.
Compartimos plenamente aquello que nos aconsejaba E H Carr en su libro Qué es la Historia (1989), que antes de estudiar la Historia debemos estudiar primero al Historiador. Perfectamente podemos ampliar el panorama y aplicarlo en cualquier ámbito de las ciencias sociales, es importante antes de adentrarnos al estudio de cualquier tema estudiar y saber primero quién lo escribe.
Ignacio Ramonet nació en España, específicamente en la ciudad de Pontevedra en el año 1943, su profesión de origen es periodista, con estudios de cuarto nivel en las áreas de Semiología e Historia de la Cultura. Fue desde 1990 hasta 2008 director de la publicación mensual Le Monde Diplomatique, actualmente dirige la versión castellana. Hombre abiertamente ligado a la izquierda internacional, en Latinoamérica ha manifestado su apoyo abiertamente a los gobiernos denominadas “progresistas”, es pública su relación con Fidel Castro y en su momento con Hugo Chávez. Precisamente dentro de su obra intelectual destacan Fidel Castro: biografía a dos voces o cien horas con Fidel (2006) y Hugo Chávez. Mi primera vida (2013). Someramente podemos ubicar el pensamiento de Ramonet, del cual nadie puede negar que por lo menos es un intelectual preocupado por ese otro mundo posible además de alertar actualmente sobre las grandes contradicciones del capitalismo en el siglo XXI.1
El artículo publicado en Le Monde Diplomatique (octubre 2003) arranca haciendo un análisis sobre los poderes que constituyen al Estado Moderno, esos que muy bien Montesquieu sintetizó en su obra El espíritu de las leyes. Además nos habló de la necesidad para el mantenimiento del Estado, con el equilibrio (pesos y contrapesos) de estos tres poderes: ejecutivo, legislativo y judicial, el Estado puede mantenerse. La propia dinámica de dichos poderes, de los gobiernos que coparon lo más que pudieron con sus tendencias absolutistas y totalitarias, surge un Cuarto Poder, el de los medio de comunicación, que en un contexto de gobiernos represores sirvieron de mucho para desenmascarar a quienes abusaban del poder.
Ello no niega que también hayan existido medios oficiales pero la tendencia eran más Medios de comunicación cuyo deber prioritario era denunciar las violaciones de derechos, al servicio de los “que no tenía voz”. Esto se quiebra y según Ramonet se quiebra producto de la concentración en pocas manos de la producción de nuestro consumo elemental incluyendo el entretenimiento desde lo mediático, ahora los medios están al servicio del gran capital, no se niega que hayan medios al servicio de causas más nobles pero que no tienen el impacto que tienen las grandes cadenas del entretenimiento. Teniendo el poder de incidir de manera contundente en la opinión pública, incluso colocar gobernantes en el poder pero también tumbarlos cuando no convengan.
¿Qué hacer ante ese panorama? Es una de las preguntas que intenta responder nuestro autor, planteó constituir un quinto poder que haga frente a las grandes transnacionales y denuncien sus delitos, un Observatorio Internacional de Medios de Comunicación ya materializado. Con gran importancia pero que aún es poco para el impacto de las grandes industrias y su papel en la nueva dominación, dicho Observatorio es una referencia para una élite informada, si se quiere, erudita pero la proyección a las masas es muy poca, esta está entretenida con todo lo que le ofrece las grandes cadenas, pues si antes la consigna de dominación fue divide y vencerás ahora es distrae y vencerás.
Incluso en países que se han planteado hacer una Revolución como es el caso de Venezuela, no les queda más remedio que replicar las Formas de entretener e informar de esas grandes corporaciones, con la excusa de atraer audiencia y rating replican la televisión basura (para hablar del caso de la TV), es el caso de Winston Vallenilla y TVES.
1Según
la página web wikipedia.org Ignacio Ramonet fue el creador del lema
del Foro Social Mundial de Porto Alegre: “Otro Mundo es Posible”.
Todos los datos biográficos fueron consultados en esta página:
http://es.wikipedia.org/wiki/Ignacio_Ramonet
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