Entre el panfleto y la poesía: La Nueva Canción Latinoamericana como herramienta de lucha política. Años 60’.
Ramón Alonso Dugarte.
A mediados del siglo pasado en Latinoamérica se manifiesta un movimiento artístico conocido como la “Nueva Canción”, “La Canción Necesaria” o la “Canción Protesta”, para entenderlo, es necesario contextualizar el momento en el que surge; una Latinoamérica sometida a gobiernos dictatoriales o con “democracias” que no resolvían las necesidades de las mayorías, marcada por grandes contradicciones sociales, intervenciones estadounidenses en los asuntos latinoamericanos, por ese “miedo a lo rojo”, y desde luego (entre otras más) el triunfo de la “Revolución Cubana”.
Si bien, en sus comienzos —años cincuenta— estuvo más abocada al rescate de las expresiones culturales de cada país, paulatinamente se transformó en un arma de lucha para denunciar los grandes problemas existentes en nuestros territorios. De los primeros años resaltan el canto de la chilena Violeta Parra, el argentino Atahualpa Yupanqui y Carlos Puebla de nacionalidad cubana.
Los años sesenta, se consideran como los años de la consolidación del movimiento, en esta época el principal referente fue el proceso que comenzó a vivir Cuba (a partir de 1959), con el ascenso de Fidel Castro y compañía al poder, con lo cual se produce un gran impacto, especialmente, en los jóvenes latinoamericanos,[5] se cree posible la “Revolución Latinoamericana”, y la canción se convierte en una expresión de lucha, al respecto Fernando Reyes Matta nos dice: “Es un canto que no se entiende sin mirar hacia la Revolución Cubana y su impacto en los jóvenes de entonces”. [6] refiere a la integración latinoamericana, “que ni las decisiones políticas logran alcanzar” con exponentes en casi todos los países de América Latina:
“Se trata de reforzar la identidad. ‘Si somos americanos’, canta Rolando Alarcón. ‘Canción por la unidad latinoamericana’ es la propuesta de Pablo Milanés, el uruguayo Daniel Viglietti crea ‘Un canto a mi América’, desde el reprimido Brasil surge Milton Nascimiento con ‘Corazón americano’, mientras el argentino César Isella invita a cantar al hermano americano”. [7]
En el año de 1967 gracias al auge y repercusión de la “Nueva Canción”, se reunieron Varadero, Cuba, con el objetivo de “consolidar”, por así decirlo, este género musical. El Encuentro de la Canción Protesta en Varadero, representa un hito en el “movimiento”. De los múltiples temas que se discutieron en ese año queremos resaltar —ya que nos parece de vital importancia— solamente dos que de por sí engloban muchos más. El primero, deriva de las discusión ante el mismo nombre del movimiento: de protesta, comprometida, necesaria, etc.; el segundo, es lo referente a la ética del cantor. Con respecto al segundo aspecto, sobre la ética del cantor es allí donde existen los más grandes debates y discusiones, sobre todo ante la pregunta: ¿Cuando es verdadera?: “Durante las sesiones del Encuentro [En Varadero] quedó bien definido que hay dos tipos de canción que llevan el rótulo de ‘protesta’: una es la protesta verdadera, la otra la protesta comercial”.[8] Es sin duda lo que más genera polémica, incluso hasta hoy en día, al analizar si el cantor se dejó llevar por la “moda” del momento, si comercializó o no, y por qué lo hizo, ¿será que también comían? Son muchos los factores que intervienen al momento de emitir sentencia. Y ya que el historiador no es un juez, sino más bien analiza –o por lo menos pretende hacerlo–, debemos tomar en cuenta los hechos y las fuentes que nos ayudan al intento de realizar un análisis lo más objetivo posible.[9]
[1] El mundo “mejor” al parecer lo representa el Socialismo, de ahí la vinculación que tienen los cantores, por ejemplo en Venezuela, con partidos políticos de izquierda.
[2] En la entrevista hecha por Gloria Martín. Op. Cit. pp. 128-144.
[3] Así lo cataloga Pedro de la Hoz, en su artículo titulado: “Nueva canción treintañera” en Casa de las Américas. N.209, La Habana, oct. – dic., 1997, p. 136.
[4] De hecho Aníbal Nazoa nos dice que el Movimiento se inicia en los EE.UU. y España, antes que aquí. Véase la entrevista en Gloria Martín, op. Cit. pp. 151-152.
[5] Es importante contextualizar el escenario internacional de aquellos años, para poder hacernos una idea de lo que significa la Revolución Cubana en plena Guerra Fría.
[6] REYES Matta, Fernando. “Nueva Canción Latinoamericana” en Imagen. Caracas, n. 100-34, octubre, 1987, pp. 27.
[7] Ibíd.
[8] Ídem., p. 142.
[9] Tampoco pensamos que los hechos están ahí dados y ya, sino más bien, son una construcción del historiador, por eso seguimos las palabras de E.H Carr: “estudia al historiador antes de estudiar los hechos”. De allí la importancia de ver quiénes escribieron sobre el Movimiento, cómo y a través de quien nos llega lo que sabemos de él.
Ramón Alonso Dugarte.
A mediados del siglo pasado en Latinoamérica se manifiesta un movimiento artístico conocido como la “Nueva Canción”, “La Canción Necesaria” o la “Canción Protesta”, para entenderlo, es necesario contextualizar el momento en el que surge; una Latinoamérica sometida a gobiernos dictatoriales o con “democracias” que no resolvían las necesidades de las mayorías, marcada por grandes contradicciones sociales, intervenciones estadounidenses en los asuntos latinoamericanos, por ese “miedo a lo rojo”, y desde luego (entre otras más) el triunfo de la “Revolución Cubana”.
En esas desigualdades y contradicciones al interior de cada una de las naciones de la región, podemos encontrar los motivos del nacimiento de la “Nueva Canción” en la década de 1950, pues en diferentes países latinoamericanos comienza un movimiento que a través del Canto expresa el malestar social, además, de la añoranza del cambio hacia un "Mundo Mejor”. En esa lucha se hace necesaria la “Canción”.[1]
Pero es un canto muy particular, primero, porque el descontento se manifiesta en forma poética, es un canto “inteligente” como lo dice Soledad Bravo, está “entre la poesía y el panfleto”.[2] Y sobre todo por lo que representan sus cantores o más bien sus “trabajadores”,[3] que geográficamente, abarcan desde el Cono Sur, pasando por los Andes, Brasil, Centro América y el Caribe, hasta llegar a Norte América a México (incluso el “movimiento” se manifiesta en los mismísimos Estados Unidos[4]). Sin desligarse de las particularidades propias de cada país, por eso la tesis de la “unidad dentro de la diversidad” nos puede servir.
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Los años sesenta, se consideran como los años de la consolidación del movimiento, en esta época el principal referente fue el proceso que comenzó a vivir Cuba (a partir de 1959), con el ascenso de Fidel Castro y compañía al poder, con lo cual se produce un gran impacto, especialmente, en los jóvenes latinoamericanos,[5] se cree posible la “Revolución Latinoamericana”, y la canción se convierte en una expresión de lucha, al respecto Fernando Reyes Matta nos dice: “Es un canto que no se entiende sin mirar hacia la Revolución Cubana y su impacto en los jóvenes de entonces”. [6] refiere a la integración latinoamericana, “que ni las decisiones políticas logran alcanzar” con exponentes en casi todos los países de América Latina:
“Se trata de reforzar la identidad. ‘Si somos americanos’, canta Rolando Alarcón. ‘Canción por la unidad latinoamericana’ es la propuesta de Pablo Milanés, el uruguayo Daniel Viglietti crea ‘Un canto a mi América’, desde el reprimido Brasil surge Milton Nascimiento con ‘Corazón americano’, mientras el argentino César Isella invita a cantar al hermano americano”. [7]
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Soledad Bravo |
En el año de 1967 gracias al auge y repercusión de la “Nueva Canción”, se reunieron Varadero, Cuba, con el objetivo de “consolidar”, por así decirlo, este género musical. El Encuentro de la Canción Protesta en Varadero, representa un hito en el “movimiento”. De los múltiples temas que se discutieron en ese año queremos resaltar —ya que nos parece de vital importancia— solamente dos que de por sí engloban muchos más. El primero, deriva de las discusión ante el mismo nombre del movimiento: de protesta, comprometida, necesaria, etc.; el segundo, es lo referente a la ética del cantor. Con respecto al segundo aspecto, sobre la ética del cantor es allí donde existen los más grandes debates y discusiones, sobre todo ante la pregunta: ¿Cuando es verdadera?: “Durante las sesiones del Encuentro [En Varadero] quedó bien definido que hay dos tipos de canción que llevan el rótulo de ‘protesta’: una es la protesta verdadera, la otra la protesta comercial”.[8] Es sin duda lo que más genera polémica, incluso hasta hoy en día, al analizar si el cantor se dejó llevar por la “moda” del momento, si comercializó o no, y por qué lo hizo, ¿será que también comían? Son muchos los factores que intervienen al momento de emitir sentencia. Y ya que el historiador no es un juez, sino más bien analiza –o por lo menos pretende hacerlo–, debemos tomar en cuenta los hechos y las fuentes que nos ayudan al intento de realizar un análisis lo más objetivo posible.[9]
[1] El mundo “mejor” al parecer lo representa el Socialismo, de ahí la vinculación que tienen los cantores, por ejemplo en Venezuela, con partidos políticos de izquierda.
[2] En la entrevista hecha por Gloria Martín. Op. Cit. pp. 128-144.
[3] Así lo cataloga Pedro de la Hoz, en su artículo titulado: “Nueva canción treintañera” en Casa de las Américas. N.209, La Habana, oct. – dic., 1997, p. 136.
[4] De hecho Aníbal Nazoa nos dice que el Movimiento se inicia en los EE.UU. y España, antes que aquí. Véase la entrevista en Gloria Martín, op. Cit. pp. 151-152.
[5] Es importante contextualizar el escenario internacional de aquellos años, para poder hacernos una idea de lo que significa la Revolución Cubana en plena Guerra Fría.
[6] REYES Matta, Fernando. “Nueva Canción Latinoamericana” en Imagen. Caracas, n. 100-34, octubre, 1987, pp. 27.
[7] Ibíd.
[8] Ídem., p. 142.
[9] Tampoco pensamos que los hechos están ahí dados y ya, sino más bien, son una construcción del historiador, por eso seguimos las palabras de E.H Carr: “estudia al historiador antes de estudiar los hechos”. De allí la importancia de ver quiénes escribieron sobre el Movimiento, cómo y a través de quien nos llega lo que sabemos de él.
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